México D. F.- En el marco del XI Festival de Diversidad Sexual en Cine y Video Mix México, la farmacéutica Pfizer lleva a cabo la serie de conferencias %u201CSalud, Vida y VIH%u201D, dirigidas a informar sobre el VIH y la vida gay.
Este lunes dio inicio el ciclo con la conferencia %u201CAsí de los precipicios: Drogas y VIH%u201D, dictada por el doctor Fernando Silva, del Instituto Nacional de Nutrición, y Moisés López Calderón, del grupo %u201C
Es sabido que el uso de drogas aumenta las posibilidades de que una persona se infecte con el VIH, pues la predispone a prácticas sexuales inseguras (sin contar el uso de las drogas inyectables, práctica que favorece el contagio a través de jeringas contaminadas que son compartidas).
El uso continuo de drogas lleva implícito un descuido de la salud propia, algo que no pueden permitirse las personas con VIH. La falta de sueño y de alimento (consecuencias características del consumo de drogas) debilitan al y, por supuesto, al sistema inmunológico; esta situación agrava los efectos secundarios de los antirretrovirales, además de favorecer la aparición de infecciones oportunistas.
Las personas con VIH que además usan drogas llegan a olvidar la toma de sus medicamentos, lo que puede llevar al desarrollo de resistencia hacia los mismos y que dejen de funcionar.
Los jóvenes se enfrentan a diario a una oferta grande de drogas, y si para alguien que no está enfermo las consecuencias del consumo de este tipo de sustancias pueden ser fatales, para alguien infectado por el VIH el peligro se incrementa ante el desconocimiento de las interacciones que tienen las llamadas %u201Cdrogas recreativas%u201D con los medicamentos antirretrovirales.
Estas interacciones pueden aumentar o disminuir los niveles de los antirretrovirales o de las drogas mismas. Es posible que los medicamentos dejen de funcionar debido a una reducción de su cantidad en el cuerpo. También es posible que haya aumentos graves, posiblemente mortales, en los niveles de las drogas recreativas. La mayoría de los antirretrovirales se procesan en el hígado (todos los inhibidores de la proteasa utilizan este camino), donde el nivel de drogas recreativas metabolizadas puede variar de manera importante.
Las interacciones entre el éxtasis o las anfetaminas (cristales, anfetas, %u201Cspeed%u201D) y los inhibidores de la proteasa son particularmente peligrosas. El alcohol afecta los procesos corporales y suele ser responsable de las interacciones entre medicamentos. El hecho de combinar alcohol con ciertos medicamentos contra el VIH, puede desencadenar una pancreatitis. Estos son sólo unos ejemplos de los peligros.
El doctor Silva hizo un llamado a las personas infectadas por el VIH a consultar de manera abierta con su médico todas las dudas respecto a este problema. No podemos andarnos por las ramas con un problema tan serio como el VIH/SIDA.
Las conferencias continuarán hasta el próximo 7 de junio en el Cine Club de