“Algunos jóvenes están viendo al VIH/sida como algo que tiene tratamiento para mejorar la calidad de vida y ya no tienen miedo en adquirirlo”, señaló Antonio Romero Garza, autor del libro “Vivir con VIH/sida. Violencia familiar y en los servicios médicos” durante su presentación en el auditorio Rafael Nieto de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
Romero Garza, sociólogo por la Universidad Autónoma de Nuevo León, narró que los primeros casos de VIH/sida se registraron en 1979, en tanto que en 1982 se “bautizó al virus” y al año siguiente se presentó el primer caso en México y mencionó que el padecimiento “está relacionado y estigmatizado con la homosexualidad y la farmacodependencia”, por lo que debe hacerse una campaña que explique su propagación por otras vías.
“El libro tiene dos apartados, la violencia familiar ejercida contra personas que viven con VIH y la violencia que reciben por parte de los servicios médicos “. Abundó que gran parte de la violencia inicia por el miedo a que la persona con VIH “propague” el virus por lo que se debe educar a la familia en aspectos como que el VIH no se transmite por besar, abrazar o saludar de mano.
Sin precisar datos, el experto en violencia familiar en grupos vulnerables, mencionó que actualmente las amas de casa son el grupo más afectado por el VIH, además de que son estigmatizadas porque se cree que “engañaron al marido” aunque generalmente son infectadas por sus parejas, y aunque en México no hay una situación grave, “debe saberse que es un padecimiento que está presente y si bien existen medicamentos que pueden alargar la calidad de vida, el VIH conduce a la muerte si el paciente se descuida”.
En la presentación del libro, ocurrida como parte de las actividades de la XI Semana Cultural de la Diversidad Sexual, organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, Felipe Uribe, médico cirujano y partero, señaló que en el VIH/sida se da una doble estigmatización, en primer lugar hacia la persona por vivir con VIH y en segundo hacia la homosexualidad, además de que hay “una automarginación porque la persona que lo padece sabe que lo van a segregar”.
Por último, Andrés Costilla, integrante de la organización civil Amigos Potosinos en Lucha Contra el Sida, dijo que los mexicanos viven la sexualidad de manera culposa, por eso, al adquirir el VIH se piensa “como un castigo por ciertos comportamientos sexuales”, por lo que declaró necesario impulsar la educación sexual en las escuelas desde preescolar hasta universitario, para que así se difundan prácticas seguras y protegidas para evitar el virus.