Nuevo uso de Truvada no es una ‘vacuna’ contra el VIH: expertos

Expertos en la prevención y atención del VIH/sida advirtieron que la aprobación en Estados Unidos del uso de un antirretroviral en personas seronegativas como método de prevención del VIH no equivale a una ‘vacuna’ o a un método que reemplace al condón para evitar la transmisión del virus y otras infecciones de transmisión sexual (ITS).
 
La Administración de Alimentos y Fármacos (FDA en inglés) de Estados Unidos, organismo encargado regular cuestiones de salud pública en ese país, informó esta semana en un comunicado que autorizó un nuevo uso del antirretroviral Truvada para ser prescrito a personas que no tienen VIH como método de pre-exposición, es decir, previo a una relación sexual.
 
“Debe quedar claro que este medicamento no es una ‘vacuna’ y tampoco es más efectivo que el condón en la prevención del VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS); es un recurso más pero no sustituye al condón”, explicó a NotieSe la coordinadora del Programa de VIH de la Ciudad de México, Andrea González Rodríguez.
 
Añadió que la efectividad de este fármaco depende de adherirse 100 por ciento a su ingesta diaria. Dijo que la medida puede ayudar a reducir infecciones en poblaciones clave como trabajadores sexuales y mujeres transgénero, si se realiza una estrategia integral donde también se atiendan problemas sociales que obstaculizan la prevención y el apego al medicamento, tales como pobreza, discriminación, carencia de servicios de salud y violencia social, los cuales afectan actualmente a personas seropositivas.
 
Por su parte, el activista contra el sida, Luis Adrián Quiroz, cuestionó: “Esta medida ayudaría contra la transmisión del VIH, pero ¿qué pasa con las demás infecciones que se transmiten por relaciones sexuales no protegidas?, ¿nos tenemos que tomar una píldora para cada una de las demás infecciones?”
 
“Tratamiento aún falla”
 
El encargado de asuntos internacionales de Aids Healthcare Foundation (AHF), Jorge Saavedra López, cuestionó los resultados de la efectividad de Truvada. “Los estudios indican una alta falla de Truvada principalmente por motivos de adherencia. Los estudios tuvieron protocolos de investigación completamente respaldados y con un seguimiento muy puntual de las personas, éstas aún así no se tomaron el medicamento en el 60 por ciento de los casos, ¿cómo se pensaría que ahora sin estos protocolos las personas sí se van a tomar los medicamentos?”.
 
La FDA refiere en su comunicado dos estudios sobre la capacidad del fármaco para disminuir los riesgos de infección si se toma diariamente. El primer estudio indica que el medicamento disminuyó 42 por ciento los riesgos de infección. Dicha prueba fue patrocinada por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y participaron aproximadamente 2 mil 500 hombres seronegativos gays y bisexuales y mujeres transgénero.
 
En otro estudio esa cifra ascendió a 75 por ciento. Esta segunda investigación fue patrocinada por la Universidad de Washington de aproximadamente 4 mil 800 parejas heterosexuales serodiscordantes, es decir, uno de ellos tenía el virus y el otro no.
 
Jorge Saavedra recordó que AHF manifestó en varias ocasiones a la FDA su rechazo a la implementación de esta medida como política pública. Ya aprobada, ahora esta fundación buscará que se establezca de manera obligatoria en Estados Unidos la realización de una prueba de detección del VIH a personas negativas antes de que se les recete el fármaco, “porque si alguien ya es seropositivo, pero no lo sabe y está tomando Truvada como tratamiento pre-exposición sólo estará tomando un tratamiento subóptimo y creará resistencias virales al fármaco”.
 
Al respecto, la infectóloga especializada en VIH, Patricia Volkow Fernández, advirtió que la mala adherencia al Truvada podría ocasionar que el cuerpo genere resistencia al medicamento en caso de que la persona ya estuviera infectada y con ello este mismo fármaco medular en los esquemas de tratamiento contra VIH no sería efectivo en esa persona.
 
Aunque la FDA indica en su comunicado que Truvada no sustituye al condón o a otros métodos para prevenir la infección y recomienda combinar la pastilla con el uso del condón y de pruebas de detección periódicas, Jorge Saavedra dijo que el uso del fármaco está dirigido a quienes no usan condón, pues de otro modo “la persona que usa condón sistemáticamente ¿para qué tomaría truvada?”
 
Medida “inequitativa”
 
Tanto Jorge Saavedra como Patricia Volkow, coincidieron en que la aprobación de Truvada como método pre-exposición en personas sin VIH es una medida incongruente en la lucha contra la epidemia, pues se impulsa aun cuando hay millones de personas infectadas que no tienen acceso a ese fármaco ni a tratamiento antirretroviral.
 
“Si la mayoría de personas con VIH no tienen acceso a Truvada, ¿cómo podría ser posible que ahora se priorice darlo a quienes no tienen VIH?, comentó Saavedra López, ex director del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/sida.
 
Recordó que de las 225 mil personas que viven infectadas en México, sólo 65 mil tienen tratamiento, es decir 28.8 por ciento. “Para mí esa es una cuestión ética de hacia dónde se dirigen los recursos. Para mí es mejor dirigir los recursos de un antirretroviral a las personas con VIH”.
 
En este sentido, Volkow Fernández, fundadora de la clínica de Cáncer y Sida del Instituto Nacional de Cancerología (Incan), consideró que la aprobación de la FDA muestra una “enorme inequidad” con las personas infectadas en el mundo sin terapia antirretroviral y agregó que la medida “está encaminada hacia la venta de Truvada en países desarrollados, donde las personas tienen más dinero”.
 
Ambos señalaron que las compañías de seguros y los sistemas de servicios médicos en Estados Unidos se enfrentarán a un dilema de adoptar o no la medida, pues implicaría un gran gasto. El consumo anual del antirretroviral por persona cuesta aproximadamente 12 mil a 14 mil dólares en aquel país.
 
Mantener los objetivos claros
 
Al preguntarle sobre la viabilidad de implementar en México una medida similar, Andrea González respondió que primero se tiene que actuar contra el rezago aún existente en la detección temprana y el acceso oportuno a tratamiento para quienes viven con VIH, así como a una serie de problemas sociales de violencia y discriminación contra poblaciones clave.
 
Dijo que medidas como esta, de realizarse en México, deben basarse en protocolos de uso, seguimiento y análisis de los posibles beneficios que brinde.
 
Ante la proximidad de la Conferencia Internacional sobre Sida en Washington DC, Estados Unidos, a realizarse del 22 al 27 de este mes, los especialistas consideraron que el tema será debatido, sin embargo la mayor discusión debe centrarse en la detección temprana; garantizar el abasto de medicamentos, el acceso a tratamiento antirretroviral y la transfusión segura de sangre, así como el acceso universal de mujeres embarazadas con VIH a tratamientos para evitar la transmisión vertical del virus.
 
“Los grandes problemas de la epidemia no se solucionan con una pastilla que disminuye los riesgos de transmisión”, concluyó Patricia Volkow.

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